Hidratación y alimentación: preparando la piel para protegerse del sol del verano
- Hay que aumentar la cantidad de alimentos ricos en licopeno y betacarotenos, como el tomate, la sandía o la zanahoria.
- Los frutos secos pueden aumentar hasta un 25% la protección solar sobre la piel.
- También ayudan el té verde y los pescados ricos en Omega 3.
- Debemos emplear factores de protección altos, superior a 30.
Llega el verano y el sol con toda su potencia. Los rayos del sol son uno de los mayores enemigos de nuestra piel. Toca seguir insistiendo: el sol debe tomarse con precaución. Pero no sólo eso.
Una buena hidratación es el paso fundamental para preparar la piel de cara al verano.
En los primeros días de sol hay que ser prudente.
Según Ricardo Vicario, médico especialista de Clínicas Vicario, “además es necesario
ser prudente durante los primeros días de sol. También hemos de emplear factores de protección con altos, superior a 30, en repetidas ocasiones durante la exposición, especialmente si nos bañamos en el mar”.
El especialista pone el foco también en tener en cuentas las horas en las que nos ponemos al sol, “lo
mejor es a primeras hora de la mañana y últimas de la tarde, evitando en lo posible el momento en el que el sol incide de forma más perpendicular sobre la Tierra, durante el mediodía”, asegura el especialista.
La alimentación es también una buena forma de preparar la piel para el sol, así como para evitar el envejecimiento prematuro. “En estas fechas es interesante
aumentar la cantidad de alimentos ricos en licopeno y betacarotenos, que estimulan la producción de colágeno, lo que hace que nuestra dermis se recupere antes de los efectos del Sol. Estos alimentos son el tomate, la sandía o la zanahoria”, afirma Vicario.
Una buena hidratación es el paso fundamental para preparar la piel.
Por otra parte,
los frutos secos ayudan a aumentar en hasta un 25% la protección solar aplicada sobre la piel, mientras que la fruta del tiempo, como cerezas, albaricoques, melones o melocotones estimulan la melanina, lo que aumenta el bronceado sano. El médico recuerda además “la importancia de una alimentación rica en té verde, así como en verduras de hoja verde y pescados ricos en Omega 3, puesto que protegen de quemaduras y ayudan a mantener el manto lipídico de la piel”.
Es fundamental evitar las quemaduras, para ello se recomienda emplear factores de protección adecuados a cada tipo de piel, pero
en ningún caso inferiores a 30. Se puede recurrir a los bloqueadores solares en el caso de las pieles más sensibles o las zonas más delicadas como los labios, el cuello, el escote, los ojo, los empeines, o las carias internas de brazos y muslos.
Si se produce la quemadura, Vicario da
algunos trucos caseros, como la hidratación con paños fríos de agua y manzanilla, el aloe vera para calmar los síntomas de las sobreexposición solar y –claro– hidratarse adecuadamente ingiriendo mucho líquido.