24 enero, 2014

Talleres de Portabebés


¡Llevar a tu bebé es una experiencia única que os va a unir aún más!
No existe un tiempo limitado diario, si ambos están a gusto se puede usar un ratito o todo el día.

BENEFICIOS DE LLEVAR A LOS BEBÉS
Ventajas para el bebé:
v  Sensación de seguridad, la protección que siente el bebé por la cercanía del portador se traduce en menos llanto y un mejor desarrollo. El bebé consigue una sensación similar a cuando estaba en el útero por eso se reducen sus niveles de estrés, están más tranquilos y se sienten más seguros.
v  Por tanto, los bebés lloran menos y están menos nerviosos. Incluso, podemos evitar que comience el llanto ya que al llevarles encima somos capaces de identificar sus señales, y actuar en consecuencia, antes de que llegue el llanto. Al estar en contacto con nuestro bebé, aprendemos a identificar e interpretar sus señales, pudiendo reaccionar ante ellas más rápidamente.
v  Al estar más tiempo tranquilos, les resulta más fácil conciliar el sueño (fundamental para su desarrollo). Su sueño es además de mayor calidad y de mayor duración.
v  Bienestar y confort. Ayuda a regular su temperatura, tanto si requiere más calor como si requiere rebajar su temperatura corporal.
v  Tienen menos cólicos, menos vómitos (regurgitaciones) y menos reflujo. Los sistemas digestivo y excretor se encuentran más cerca de “la superficie” en el vientre. Su barriga en contacto con nuestro cuerpo, el masaje de contacto, el calor corporal y la postura erguida ayudan al funcionamiento del sistema digestivo aún inmaduro del bebé, además de favorecer la expulsión de gases gracias también a la postura “ranita”.
v  Llevar al bebé en la postura adecuada (espalda en C y piernas en M), facilita su idóneo desarrollo psicomotor, al ayudar a la correcta evolución de su espalda y caderas. Por otro lado, como no están tanto tiempo con la cabeza apoyada sobre algo rígido, previene la plagiocefalia y otras deformidades del cráneo del bebé.
v  Integrados en la vida diaria, en portabebés el niño está en contacto directo con el ambiente familiar desde una posición segura, por lo que va conociendo la rutina diaria en la que posteriormente estará inmerso. Cuando el adulto portador interactúa con otras personas, el bebé está presente igualmente, incrementando sus posibilidades de socialización y mostrándole las reglas que rigen las relaciones personales en nuestra sociedad.
v  Estimulación temprana, el contacto físico y el balanceo al que están acostumbrados desde la misma concepción les ayuda a descubrir el mundo que les rodea, eligiendo qué estímulo atender y durante cuánto tiempo, lo que mejora su aprendizaje. Además, este constante movimiento incrementa el desarrollo de conexiones neuronales, el cerebro del bebé se ha estado formando durante nueve meses en movimiento, y está demostrado que en movimiento aprendemos más y mejor.
v  Mejor cuidado. Ningún llanto o queja pasa desapercibido y permite a los cuidadores reaccionar enseguida a las necesidades del bebé. Contrariamente a lo que podamos creer (o nos hayan podido decir) los bebés cuyas necesidades se atienden prontamente acostumbran a convertirse en niños, primero y adultos después, más independientes y seguros, y con mayor autoestima. Esto es debido a que, ya que han sido atendidos convenientemente, se instala en su subsconciente una sensación de sentirse siempre queridos y cuidados, lo que es base para una autoestima bien desarrollada.
Ventajas para los padres y/o cuidadores
Para los padres (cuidadores-portadores) las ventajas no son pocas.
v  Favorece una estrecha relación, entre el bebé y el portador se fortalecen los vínculos afectivos. El hecho de que identifiquemos y reaccionemos ante sus señales, atendiéndole con prontitud, desarrolla en el bebé una sensación de confianza ante su cuidador; igualmente, el portador conoce al bebé mucho mejor, llegando a anticiparse a sus necesidades.
v  Integración del papá. El porteo ayuda a que el papá atienda mejor al bebé, así como que el bebé reconozca a su padre. El padre siente que es una figura importante para su hijo desde los primeros días de vida.
v  La lactancia se ve enormemente favorecida, así como el instinto maternal. Tanto la una como el otro se basan en una serie de hormonas (prolactina y oxitocina entre otras) que dependen directamente del contacto (y de otros elementos, olor, mirada, etc.). Un correcto nivel de estas hormonas ayudan en el establecimiento de la lactancia, así como en incrementar la sensación de seguridad de la madre, lo que facilita la Crianza. Por esto mismo, previene los procesos de depresión post-parto.
v  Aumento de autoestima. Como favorece el conocer al bebé y la identificación temprana de señales que benefician el cubrir sus necesidades, ayuda a subir la autoestima de los cuidadores gracias a estas experiencias positivas y satisfactorias.
v  Autonomía, el bebé no paraliza la vida de la madre (o cuidador principal), sino que se integra en ella. Podemos salir a dar un paseo con el bebé al pecho, discretamente, por ejemplo. O bajar a tomar un café con el bebé dormido.
v  Es más cómodo para los adultos atender las tareas habituales, tanto fuera como dentro del hogar, ya que tenemos las manos libres. Podemos, por ejemplo, atender a nuestro hijo mayor (o hijos mayores) sin dejar de atender al bebé, lo que, además de rebajar nuestro nivel de estrés, minimiza los celos. Un portabebé nos permite calmar a un bebé que llora sin dejar de lado nuestras otras obligaciones, lo que al final del día se traduce en más “tiempo libre”.
v  Movilidad, allí donde el carrito no puede llegar, los cuidadores se desplazan con facilidad y seguridad gracias al portabebé.
v  Cuidar la espalda. Un portabebé es mucho más cómodo y respeta mejor nuestra espalda que llevar al bebé en brazos “sin ayuda”. El portabebé reparte el peso entre nuestra espalda, cintura y/o caderas (depende del portabebé y la manera de llevarlo) mientras que llevarles “a brazo” nos sobrecarga. Por otro lado, una postura correcta del portabebé repercute en una higiene postural correcta que, al ir aumentando gradualmente el peso del bebé, puede ayudar a un desarrollo armonioso de la musculatura de la espalda, una especie de ejercicios de rehabilitación o gimnasio.

El desarrollo de la columna vertebral de los bebés
Los bebes nacen con la columna vertebral torcida en forma de “C”, a causa de la estrechez en el útero. Al nacer empieza su erección lentamente, en contra de la gravedad. El estiramiento empieza en la cabeza, pasa por el pecho y la parte de la región lumbar de la columna vertebral y termina en la cadera.


©Nicole Rudolf, www.stillen-und-tragen.de
Con el control de cabeza en posición barriga abajo a partir de la sexta semana aproximadamente, se desarrolla el estiramiento de la parte del cuello de la columna vertebral y finaliza con aproximadamente 4 o 5 meses, cuando el bebé es capaz de levantar la cabeza tumbado de barriga hacia arriba.
Las etapas del desarrollo no coinciden necesariamente con la edad indicada, porque cada niño es diferente. Se trata de una indicación orientativa.
La incorporación del niño va a al ritmo del desarrollo de su sistema nervioso y del reforzamiento de los músculos, ligamentos y cartílagos. Entonces no es solamente una cuestión de equilibrio. Hasta que la espalda y la columna vertebral no tengan suficiente fuerza el niño no puede aguantarse sentado solo.
Como es muy difícil, mientras llevas a un bebé en brazos, soportar la cabeza y la espalda a la vez, no es bueno llevar a los bebés pequeños mucho tiempo sentados en brazos. Es mejor utilizar un portabebés que además asegura la posición correcta de las piernas (la posición ‘rana’) y a la vez cuida nuestra postura.
Hasta que la musculatura de los pies y de las carderas no está preparada para cargar el peso del niño no se pondrá de pie.
Así, no es recomendable adelantar o saltar etapas del desarrollo porque se puede retener el desarrollo correcto y hasta provocar problemas de postura.
La posición ‘ranita’ de las piernas
Para facilitar el desarrollo correcto de la cadera los bebés mismos mantienen las piernas en una posición óptima cuando están tumbados. En la posición óptima las piernas del bebé están en flexión de aproximadamente 100º y en abducción de aproximadamente 45º. También se puede observar que los bebés incorporan esta posición en cuanto son cogidos de una posición tumbada para llevarlos en brazos.
La espalda curvada requiere la flexión de las piernas y viceversa. Eso quiere decir que las piernas solamente pueden estar en posición rana cuando la espalda esté arqueada y que la espalda solamente puede permanecer arqueada cuando las piernas están en una posición correcta con flexión y abducción.
La posición rana de las piernas hace posible que el niño pueda mantenerse encima de la cadera de su madre. La posición ranita facilita el desarrollo correcto de las caderas.

¿El bebé de cara hacia afuera? ¡NUNCA!
v  Ningún portabebés soporta la posición de las piernas del bebé en ranita cuando el bebé esté instalado mirando con la cara hacia fuera.
v  Sin las piernas en posición ranita la lumbar del bebé consigue un empuje hacia una lordosis, obliga a curvar la espalda del bebé en sentido contrario al fisiológico. la cual no es apta para bebés menores de 12 meses (antes de la edad de andar).
v  Además ocasiona incomodidad para el portador, ya que el bebé tiende por la forma de su columna a separar su cuerpo de quien lo lleva lo que desplaza el eje de gravedad de este último, obligándole a modificar su postura correcta con las consiguientes molestias de hombros y espalda y sobrecarga del suelo pélvico.
v  Con la cara hacia fuera los genitales del bebé, que son zonas muy sensibles, cargan todo el peso.
v  En esta posición el niño no tiene la posibilidad de retirarse de los estímulos del ambiente, ni del toque de extraños y tampoco puede reposar la cabeza en la tela para dormir.
La alternativa a esta posición: Si tu hijo es muy curioso y quiere ir viéndolo todo, puedes probar a llevarlo sobre la cadera o, cuando sea un poco más mayor, en la espalda.
Diferencias entre portabebés convencionales y ergonómicos

Actualmente muchas conocidas marcas de puericultura ofrecen al público portabebés, como mochilas “de nueva generación” (BabyBjörn, Chicco, Bebé Confort, Jané, Graco…). Las principales diferencias entre éstos y los portabebés tradicionales o ergonómicos son las posturas adoptadas por el bebé o niño en ellos.
En una mochila comercial, podremos constatar:
ü  Que la postura de la cadera no es correcta: habitualmente observamos que las piernas del niño van estiradas con respecto al resto del cuerpo, no dobladas estilo “ranita”.
ü  Al llevar las piernitas estiradas, el peso del bebé recae sobre la zona genital en vez de sobre su culito, y la espalda adquiere una postura no fisiológica.
Además de esto, en las fotografías promocionales de este tipo de mochilas más comerciales suele aparecer el niño mirando hacia delante. Y como hemos dicho antes, esta postura está totalmente contraindicada.
Una portabebés ergonómico:
ü  Permite comodidad para quien lo lleva con sus manos libres y otorga bienestar para el bebé.
ü  Respeta el crecimiento de la columna en desarrollo del pequeño la cual necesita tener el debido soporte, es decir, permitiendo que las piernas del bebé permanezca en (forma de M) o posición ranita, con su espaldita redondeada (en forma de C), sus rodillas más alto que su culete y sus piernas abiertas unos 90-130º y no colgando.

Mochilas y Fulares Elásticos
En el centro ALVAINH disponemos de varios modelos de portabebés ergonómicos para que eligas el que mejor se adapte a ti y a tu bebé.
¡Te ayudamos y asesoramos!

Fulares Elásticos
Ø  Hoppediz: 


Ø  Caboo:



Mochilas
Ø  Marsupi Plus:


 








Ø  Manduca:


Ø  Bondolino:


PORTABEBÉS

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