Para los padres (cuidadores-portadores) las ventajas no son pocas, además, no existe un tiempo limitado diario, si ambos están a gusto se puede usar un ratito o todo el día:
v Favorece una estrecha relación, entre el bebé y el portador se fortalecen los vínculos afectivos (o se restablecen tras una ruptura). Los dos primeros años de vida son fundamentales en el desarrollo afectivo (y por tanto mental y consecuentemente físico) y su relación con sus padres y cuidadores es la base para el resto de su vida. El hecho de que identifiquemos y reaccionemos ante sus señales, atendiéndole con prontitud, desarrolla en el bebé una sensación de confianza ante su cuidador; igualmente, el portador conoce al bebé mucho mejor, llegando a anticiparse a sus necesidades.
v Integración del papá (o cuidadores secundarios), en el binomio mamá-bebé puede resultar difícil que el papá encuentre su lugar. El porteo ayuda a que el papá atienda mejor al bebé, así como que el bebé reconozca a su padre. El padre siente que es una figura importante para su hijo desde los primeros días de vida.
v La lactancia se ve enormemente favorecida, así como el instinto maternal. Tanto la una como el otro se basan en una serie de hormonas (prolactina y oxitocina entre otras) que dependen directamente del contacto (y de otros elementos, olor, mirada, etc.). Un correcto nivel de estas hormonas ayudan en el establecimiento de la lactancia, así como en incrementar la sensación de seguridad de la madre, lo que facilita la Crianza. Por esto mismo, previene los procesos de depresión post-parto.
v Aumento de autoestima. Como favorece el conocer al bebé y la identificación temprana de señales que benefician el cubrir sus necesidades, ayuda a subir la autoestima de los cuidadores gracias a estas experiencias positivas y satisfactorias.
v Autonomía, el bebé no paraliza la vida de la madre (o cuidador principal), sino que se integra en ella. Podemos salir a dar un paseo con el bebé al pecho, disecretamente, por ejemplo. O bajar a tomar un café con el bebé dormido. Ya no te dará pereza bajar a por el pan con tal de no montar el carro…
v Es más cómodo para los adultos atender las tareas habituales, tanto fuera como dentro del hogar, ya que tenemos las manos libres. Podemos, por ejemplo, atender a nuestro hijo mayor (o hijos mayores) sin dejar de atender al bebé, lo que, además de rebajar nuestro nivel de estrés, minimiza los celos. Un portabebé nos permite calmar a un bebé que llora sin dejar de lado nuestras otras obligaciones, lo que al final del día se traduce en más “tiempo libre”.
v Movilidad, tanto en medio rural como en el urbano, allí donde el carrito no puede llegar (o no le dejan llegar), los cuidadores se desplazan con facilidad y seguridad gracias al portabebé.
v Cuidar la espalda. Un portabebé es mucho más cómodo y respeta mejor nuestra espalda que llevar al bebé en brazos “sin ayuda”. El portabebé reparte el peso entre nuestra espalda, cintura y/o caderas (depende del portabebé y la manera de llevarlo) mientras que llevarles “a brazo” nos sobrecarga. Por otro lado, una postura correcta del portabebé repercute en una higiene postural correcta que, al ir aumentando gradualmente el peso del bebé, puede ayudar a un desarrollo armonioso de la musculatura de la espalda, una especie de ejercicios de rehabilitación o gimnasio.
Ya ves que a pesar de tener múltiples beneficios para el bebé, el que lo lleva tambié sale muy beneficiado ¿no crees?
Ya ves que a pesar de tener múltiples beneficios para el bebé, el que lo lleva tambié sale muy beneficiado ¿no crees?
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