07 abril, 2012

Beneficios de llevar a los bebés. III Parte

En esta tercera parte vamos a ver la diferencia entre llevar a un bebé en un portabebé comercial y uno ergonómico. Conociendo su anatomía podemos ver claramente las diferencias.



El desarrollo de la columna vertebral de los bebés
Los bebes nacen con la columna vertebral torcida en forma de “C”, a causa de la estrechez en el útero. Al nacer empieza su erección lentamente, en contra de la gravedad. El estiramiento empieza en la cabeza, pasa por el pecho y la parte de la región lumbar de la columna vertebral y termina en la cadera.
Desarrollo de la columna vertebral infantil

©Nicole Rudolf, www.stillen-und-tragen.de
Con el control de cabeza en posición barriga abajo a partir de la sexta semana aproximadamente, se desarrolla el estiramiento de la parte del cuello de la columna vertebral y finaliza con aproximadamente 4 o 5 meses, cuando el bebé es capaz de levantar la cabeza tumbado de barriga hacia arriba.
Las etapas del desarrollo no coinciden necesariamente con la edad indicada, porque cada niño es diferente. Se trata de una indicación orientativa.
La incorporación del niño va a al ritmo del desarrollo de su sistema nervioso y del reforzamiento de los músculos, ligamentos y cartílagos. Entonces no es solamente una cuestión de equilibrio. Hasta que la espalda y la columna vertebral no tengan suficiente fuerza el niño no puede aguantarse sentado solo.
Como es muy difícil, mientras llevas a un bebé en brazos, soportar la cabeza y la espalda a la vez, no es bueno llevar a los bebés pequeños mucho tiempo sentados en brazos. Es mejor utilizar un portabebés que además asegura la posición correcta de las piernas (la posición ‘rana’) y a la vez cuida nuestra postura.
Hasta que la musculatura de los pies y de las carderas no está preparada para cargar el peso del niño no se pondrá de pie.
Así, no es recomendable adelantar o saltar etapas del desarrollo porque se puede retener el desarrollo correcto y hasta provocar problemas de postura. Por este motivo ruego no utilizar ninguna silla, arnés, suspensión, etc. como medio para mantener a los bebés sentados, de pie o saltando en una posición que el bebé solo no puede mantener.
Un fular es el mejor portabebés que puede haber a nivel de adaptación fisiológico. Cógete el tiempo para entender porque y como utilizarlo bien. En caso que te queden preguntas no dudes en contactarme o asiste a un asesoramiento de portabebés. ¡No es tan difícil como puede parecer a primera vista! ¡Llevar a tu bebé es una experiencia única que os va a unir aún más!
El desarrollo de las caderas de los bebés
La articulación de la cadera está formada del hueso del muslo (fémur) que está colocado con su cabeza en el recipiente articulatorio (acetábulo) del hueso coxal de la pelvis.
La pelvis une la columna vertebral con las piernas. La pelvis consiste en los huesos coxales y el sacro y es parecido a un anillo (la cintura pélvica). Los huesos coxales están unidos en la parte anterior por medio de la sínfisis púbica y por la parte posterior por el sacro que a la vez es la base de la columna vertebral.
Los huesos coxales consisten cada uno en tres huesos (ilión, isquión y pubis). Esos huesos se juntan en el recipiente articulatorio (acetábulo) y forman la cavidad ajustada a la cabeza del hueso del muslo (fémur).
Todos los huesos de los bebés son preformados de cartílago. La osificación empieza en el centro de los huesos preformados y sigue hasta los extremos. Hasta que la osificación no haya terminado no se habrá formado correctamente el recipiente articulatorio
La osificación no está terminada al nacer sino que empieza en los primeros meses de vida y termina con 14-18 años. La cadera inmadura y blanda del recién nacido se desarrolla en función de la presión y movimiento de las piernas del bebé.
Los huesos del fémur aprietan en una posición correcta para estimular el desarrollo de la cavidad de sus recipientes articulatorios cuando las piernas del bebé están en flexión y abducción. En esta posición ‘rana’ la cabeza femoral está centrada y no aprieta solo contra la parte posterior, además los ligamentos entre los huesos coxales y el fémur están sin tensión. Los bebés recién nacidos mantienen las piernas en esta posición.
La posición ‘ranita’ de las piernas
http://gugushop.files.wordpress.com/2009/10/recien-nacidos.jpg?w=449&h=237&h=237Para facilitar el desarrollo correcto de la cadera los bebés mismos mantienen las piernas en una posición óptima cuando están tumbados. En la posición óptima las piernas del bebé están en flexión de aproximadamente 100º y en abducción de aproximadamente 45º. También se puede observar que los bebés incorporan esta posición en cuanto son cogidos de una posición tumbada para llevarlos en brazos.
http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQuFYaKyohdCrammyeDhG4jHTjC9QDaVDE9rtae2phTM8TFA7xokQLa espalda curvada requiere la flexión de las piernas y viceversa. Eso quiere decir que las piernas solamente pueden estar en posición rana cuando la espalda esté arqueada y que la espalda solamente puede permanecer arqueada cuando las piernas están en una posición correcta con flexión y abducción.
La posición rana de las piernas hace posible que el niño pueda mantenerse encima de la cadera de su madre. Es el sitio donde el bebé humano pertenece a su historia genealógica hasta llegar a ser autónomo.

¿El bebé de cara hacia afuera? ¡NUNCA!
v  Ningún portabebés soporta la posición de las piernas del bebé en ranita cuando el bebé esté instalado mirando con la cara hacia fuera. La posición ranita facilita el desarrollo correcto de las caderas.
v  Sin las piernas en posición ranita la lumbar del bebé consigue un empuje hacia una lordosis, obliga a curvar la espalda del bebé en sentido contrario al fisiológico. la cual no es apta para bebés menores de 12 meses (antes de la edad de andar).
v  Además ocasiona incomodidad para el portador, ya que el bebé tiende por la forma de su columna a separar su cuerpo de quien lo lleva lo que desplaza el eje de gravedad de este último, obligándole a modificar su postura correcta con las consiguientes molestias de hombros y espalda y sobrecarga del suelo pélvico.
v  Con la cara hacia fuera los genitales del bebé, que son zonas muy sensibles, cargan todo el peso.
v  En esta posición el niño no tiene la posibilidad de retirarse de los estímulos del ambiente, ni del toque de extraños y tampoco puede reposar la cabeza en la tela para dormir.
La alternativa a esta posición: Si tu hijo es muy curioso y quiere ir viéndolo todo, puedes probar a llevarlo sobre la cadera o, cuando sea un poco más mayor, en la espalda.
Diferencias entre portabebés convencionales y ergonómicos
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Actualmente muchas conocidas marcas de puericultura ofrecen al público portabebés, como mochilas “de nueva generación” (BabyBjörn, Chicco, Bebé Confort, Jané, Graco…). Las principales diferencias entre éstos y los portabebés tradicionales o ergonómicos son las posturas adoptadas por el bebé o niño en ellos.
En una mochila comercial, podremos constatar:
ü  Que la postura de la cadera no es correcta: habitualmente observamos que las piernas del niño van estiradas con respecto al resto del cuerpo, no dobladas estilo “ranita” (postura que favorece el desarrollo de la articulación de las caderas).
ü  Al llevar las piernitas estiradas, el peso del bebé recae sobre la zona genital en vez de sobre su culito, y la espalda adquiere una postura no fisiológica.
Además de esto, en las fotografías promocionales de este tipo de mochilas más comerciales suele aparecer el niño mirando hacia delante. Esta postura está totalmente contraindicada.

Una portabebés ergonómico:
ü  Permite comodidad para quien lo lleva con sus manos libres y otorga bienestar para el bebé.
ü  Respeta el crecimiento de la columna en desarrollo del pequeño la cual necesita tener el debido soporte, es decir, permitiendo que las piernas del bebé permanezca en (forma de M) o posición ranita, con su espaldita redondeada (en forma de C), sus rodillas más alto que su culete y sus piernas abiertas unos 90-130º.
ü  Hace que no cuelguen las piernitas del bebé, por el contrario, le permite al bebé quedar sentado en una posición que suministre soporte para su cola y sus piernas sin situar todo el peso del bebé en la entrepierna y la base de su columna vertebral que está en desarrollo, comprimiéndola.



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